¡Abrid la puerta al Nazareno!

Son las dos y media de la madrugada, el Templo de San Francisco ha sido un ir y venir de gente durante toda la noche, decenas de ramos de flores se agolpan a los pies del Nazareno, a eso de las 12 de la noche aparecieron hermanos de las Cofradías del Jueves Santo a presentar sus respetos y oraciones al Nazareno, después ha sido un continuo desfilar de los colectivos nazarenos, bandas, costaleros, costaleras, y hermanos antiguos que desde hace decenas de años se sientan en un banco del Templo, abrazados a su cirio y en silencio, «velan» a su Nazareno en espera de la hora, pero ahora son las 2 y media, y el Templo está en completa oscuridad, tan sólo permanecen encendidas las luces de la capilla del Nazareno, la Junta Directiva prepara los detalles de última hora, aunque todo esté terminado y preparado, nadie puede estarse quieto, los nervios se aguantan, se aprietan los dientes y todo es un silencio expectante, las miradas al cruzarse lo dicen todo, no hace falta abrir la boca.

San Francisco parece más pequeño que nunca, los bancos más apretados que nunca, el dintel de la puerta más pequeño que nunca, en el silencio franciscano, se escucha el rumor del exterior, de la plaza, voces, murmullos, y se «nota perfectamente» cómo se va llenando la plaza de San Francisco, poco a poco, acentuado por el silencio del Templo, se escuchan lejanos sones de trompeteros, incluso se intuye cómo las bandas comienzan sus pasacalles, ¡hay que despertar a los más dormilones!

Los ecos de los trompeteros con la Banda de Cabecera en la cercana calle Peral, se van haciendo más intensos, se reciben algunos acordes de AIDA, la Banda de Cabecera está subiendo las Moredíllas, con los hermanos trompeteros al frente, el rumor se convierte en expectación en la plaza, sin embargo, en el Templo, el silencio persiste, ahora acompañado por un nudo más intenso en las gargantas.

Son las tres y media de la madrugada, San Juan se ha situado justo en el zaguán de la vieja puerta, ésta se abre y lo primero que escucha el discípulo amado es el llanto de sus hermanas costaleras que lo esperan con lágrimas en los ojos, ellas ya lo tienen allí, pero el resto de Linares…

Justo cuando se cierra de nuevo la puerta, se escucha una música de Palio que se acerca, y se oye un murmullo dentro del Templo….»ya viene la Virgen»…, en ese justo momento, el Nazareno se desliza suavemente desde Su capilla, ahora tan sólo le alumbra una pequeña luz en su rostro, en la plaza Su Madre del Mayor Dolor ya está esperando, Linares ansiosa por verte, y un sonido de trompeteros se escucha en el Templo…

Los trompeteros en la calle suenan con más fuerza si cabe, pero el silencio y la oscuridad del Templo, hacen que el sonido ronco de la trompeta, encoja aun más el corazón.

Se escuchan gritos, vivas con fuerza renovada, y alguien murmura de nuevo…»han apagado la luz de la plaza»… y cuando se acerca la ansiada hora, Linares se viste de silencio, de murmullo, de ansia, los niños se han subido a los hombros de sus padres, y miran hacia el portalón oscuro…

Y mientras tanto, dentro, El Nazareno está justo detrás de la puerta, escuchando cómo le reza al oído su Junta Directiva, en representación de toda la Hermandad…ahora el silencio se puede cortar con un cuchillo…

De pronto un sobresalto más que esperado, hace que la lágrima brote con fuerza, el pulso se acelere, y se escuchan dentro del Templo 3 aldabonazos en la vieja puerta, 3 golpes que todo Linares escucha…y el capataz del paso de Ntro. Padre Jesús Nazareno sentencia con voz firme, emocionada, fuerte, que se oiga en el último barrio de Linares…

¡¡¡¡ABRIDLE AL NAZARENO¡¡¡

A continuación el chirrido de la puerta, una auténtica columna de amor que penetra en el Templo en forma de gritos, vivas, peticiones, oraciones llanas…y comienza un trabajo frenético para montarlo en su paso, para que sea rápido, pero suave, ¡que Linares te espera¡,… pero esta otra parte ya la conoce todo el mundo…